El pasado viernes se estrenó en España a través de Filmin su última película, Rocambola, un interesante thriller psicológico con el que Juanra Fernández nos invita a reflexionar sobre el bien y el mal, y en el que Juan Diego Botto, Jan Cornet y Sheila Ponce van a verse reflejados en el espejo de la humanidad. La película cuenta con el aval de su gran acogida en certámenes cinematográficos internacionales.
Antes que nada quiero darte la enhorabuena porque estrenar una película no debe de ser fácil y, sobre todo, en las circunstancias que estamos viviendo.
Claro. El sentido de una película es que el público la vea. Si una película no llega… Por desgracia hay muchas películas que se quedan en el cajón. Pero ese es el sentido de rodar, que llegue al público. Hemos optado esta vez por estrenar en streaming, en Filmin, porque en las circunstancias que estamos viviendo, que nadie se las esperaba, es la mejor opción. Estamos muy contento de que Filmin haga el estreno en exclusiva esta semana.
¿En qué estado de ánimo vive un director de una película cuando está a las puertas de un estreno?
Bueno. El estado de ánimo sigue siendo el mismo, con tensión. A ver cómo acoge el público la película, cómo reacciona ante ella. Estoy más relajado, evidentemente. Sabemos que la estrenamos y espero que la acogida sea buena.
Has sido director, guionista, coproductor… Incluso has participado en la creación de las canciones que forman parte de la banda sonora.
Sí, con Das Model. Sheila Ponce, que es la actriz protagonista, es la cantante del grupo. Con ella ya había compartido formación musical y sabía de su capacidad vocal. Y surgió todo de casualidad. Estábamos en el rodaje ella, Raúl Saez, que es el productor ejecutivo, y yo. Y se me ocurrió que podríamos componer unos temas para que los escuchase Dante por los auriculares en la película. Y así salió, y sonaron tan bien los temas que al final hemos decidido seguir con la banda. Hemos conseguido un contrato discográfico con Paul Back Music. Este año estábamos programados para el FestiMad, pero con lo que ha ocurrido se ha retrasado para noviembre, en principio. Y el grupo está funcionando muy bien.
¿Cómo nació Rocambola en tu imaginario?
Rocambola fue un reto. Dije, quiero escribir un thriller claustrofóbico, con una sola localización y el menor número posible de personajes. Empecé a escribir ideando la historia con un personaje que entrase en una casa que cree estar vacía y se encontrase con la sorpresa de que no es así. Pensé en un robo, lo más lógico, pero también podría ser un okupa o cualquier persona que hubiera entrado en la casa por cualquier razón. Pero la trampa del ratón para uno de los personajes, Dante, tenía que ser la casa. Poco a poco, todo fue tomando forma. Me inspiré un poco en los ladrones decimonónicos de los folletines franceses que había, sobre todo, de los de Alexis Ponson du Terrail, que tenía uno de los personajes más conocidos como Rocambole, otro ladrón de guante blanco. Y de ese juego de palabra, castellanizando rocambole (de donde viene rocambolesco), surgió Rocambola. Me salió ese eureka que usa el ladrón para ensalzar sus logros. En cuanto a la estructura, hay guiños a la Divina Comedia. Pero eso fue después, cuando ya estaba escrita y vi la forma. Además de la estructura tradicional de tres actos, planteamiento, desarrollo y desenlace, me encontraba con que tenía tres partes muy bien diferenciadas. En ese momento, el personaje de Dante no tenía nombre, y pensé que si le ponía ese y estaba buscando el Paraíso, podría crear todo este mundo pseudo rocambolesco del personaje del ladrón. Y así surgió la idea de coger los tres cantos de la Divina Comedia, pero invirtiéndolos. En la obra, primero está el Infierno, después el Purgatorio y finalmente el Paraíso. Y en la película aparece como canto primero el Paraíso porque él habla de cuál es su objetivo; el segundo es el Purgatorio, que sería todo el desarrollo de la historia; y el Infierno no lo voy a desvelar… pero ya nos lo podemos imaginar por su nombre.
La película tiene momentos de violencia, pero más que física ésta es psicológica, ¿verdad?
Sí, sí. Es la tensión psicológica. Es lo que está bien y lo que está mal, el enfrentamiento entre lo justo y lo injusto. Los personajes tienen un choque psicológico muy grande. Están motivados por la ambición, pero cada uno con sus motivaciones; seguir los pasos de su padre, uno, y la venganza, otro.
Es difícil discernir quién es víctima y quién es verdugo.
Efectivamente. Por eso es un juego de gato y ratón en el que se van cambiando los roles.
Cuenca también juega un papel importante en la película, con el caserón en el que se desarrolla la trama, pues en sus alrededores se produjo el rodaje.
Sí. Tuvimos mucha suerte porque escribí el guion pensando en un sitio imaginario. Y cuando empezamos a buscar localizaciones encontramos este caserón muy cerca de Cuenca. En realidad los desplazamientos no llegaban a tres kilómetros. La configuración geológica de Cuenca es un tanto extraña. Esto estaría metido en el casco urbano pero en la parte de la ribera del río Huécar. Está muy cerca del centro. Esto nos permitía tener al equipo alojado en la ciudad sin tener que desplazarnos mucho cada día, y aprovechar más las horas de trabajo. Por eso tuvimos suerte de encontrar esta casa, el jardín y todo el entorno que la rodeaba. Además, una vez que encontramos la casa modifiqué el guion. Me fui varios días a la casa, a fotografiarla, a ver las localizaciones que había y a adaptar el guion a esos lugares. Hubo cambios considerables, como una escena en el río. Si no hubiésemos tenido ese río tan pegado a la casa (es casi parte del jardín), esa escena hubiese perdido la gracia que tiene.
¿Qué recorrido tiene Rocambola a partir de su estreno? Antes que en España ya fue proyectada en el extranjero, ¿cierto?
Sí. Hemos estado en varios festivales. Nos han premiado en el New York City International Films Infest Festival (a Juan Diego Botto, como mejor actor latinoamericano), y en dos festivales en la India, en Bombay. En uno nos dieron una mención de honor del jurado a la Mejor Película, y en otro nos llegó el triplete, donde premiaron a Jan Cornet, Juan Diego Botto y Sheila Ponce, a cada uno en sus respectivas categorías. Después nos llegó el último, justo cuando comenzaba la pandemia, de Colombia, como mejor película de 2019. Empezamos con festivales internacionales porque en el momento en que iniciamos el recorrido no había ninguno programado en España para poder acceder. Y con lo que ha venido después nos hemos quedado con lo que teníamos. No sé si seguirá en festivales, depende de la distribuidora, pero estamos muy contentos.