La maniobra de la tortuga es su segunda película. Tras su premiado debut con Techo y comida (2015), Juan Miguel del Castillo nos regala una plausible adaptación de la novela homónima de Benito Olmo. Un thriller con una gran carga de denuncia social interpretado por Fred Tatien y Natalia de Molina, con quien vuelve a compartir trabajo el director y guionista jerezano. La maniobra de la tortuga llegará a los cines el próximo 13 de mayo a través de A Contracorriente Films.

Antes que nada, enhorabuena por La maniobra de la tortuga, por la calidad de la película y porque como están las cosas, poder estrenar debe de suponer una gran satisfacción, ¿verdad?
Gracias. Lo considero como una recompensa. Son muchos años de trabajo y sacar adelante una peli del cine español y del cine andaluz no es fácil. Con Techo y comida nos fue muy bien y hemos tardado siete años en levantar esta otra. Es un reto personal.
Precisamente, Techo y comida recibió muchos premios y reconocimientos, entre ellos el Goya a mejor actriz de Natalia de Molina…
Sí. Funcionó muy bien. Fueron alrededor de 30 premios. Arrancó muy bien en el Festival de Málaga, donde ganamos un par de Biznagas. Después se estrenó en salas, conseguimos la distribución allí, y a partir de ahí vino la campaña de los Goya, y otros muchos premios. Y Natalia se llevó prácticamente todo aquel año.
La maniobra de la tortuga es una invitación para ver una buena película policiaca que posee una importante carga social. Inspirada en la novela homónima de Benito Olmo, ¿qué te impulsó más a la hora de dirigir este largometraje, la lectura del libro o el deseo de hacer un thriller?
Fue la lectura del libro. Cuando lo leí me atrajo el tema que trataba de fondo. Está tanto la investigación policial como la historia de Cristina, y la violencia machista. Está narrado en forma de thriller, la historia sucede en Cádiz, una ciudad muy cinematográfica (yo soy de Jerez) que me corre por las venas. Tenía todos los ingredientes.
Cádiz irrumpe con tu película con mucha fuerza en el ámbito del cine. Podemos apreciar localizaciones muy bonitas de la ciudad…
Cádiz da mucho juego. ¿A quién no le interesa hacer un thriller en Cádiz capital? La ciudad encajó muy bien. Lo vi desde el principio.
Cuando se hace una película con la adaptación a su guión de una novela, siempre surge la pregunta, como es el caso de La maniobra de la tortuga (coguionizada con José Rodríguez), de cómo se gestiona para que la historia no pierda su espíritu original al pasar al formato del cine.
La película es bastante fiel a la novela. El espíritu se mantiene. Los personajes, la situación personal de estos, quienes cruzan sus vidas en la ciudad de Cádiz, cada uno con sus circunstancias, Manuel Bianquetti con una historia dolorosa, Cristina con un episodio de violencia machista… Ambos tienen una nueva oportunidad. Empiezan de cero. Todo eso lo mantenemos. Hay pequeños cambios en algunas tramas, porque el lenguaje del cine es diferente, tiene otra narrativa… Yo utilizo más los silencios. Pero aun así mantenemos el espíritu. De hecho, Benito Olmo, a pesar de ser una adaptación y cambiar algunas cosas, está bastante contento. Y eso nos tranquiliza.

Los dos personajes principales son el policía Manuel Bianquetti y la enfermera Cristina. Ambos, como dices, vienen de un pasado complicado. Por eso tras conocerse empatizan mucho. Son dos perdedores que acaban protegiéndose uno a otro.
Sí. Ambos se necesitan. De hecho, empatizan porque uno es el reflejo del otro. Lo que le sucede a uno le sucede a otro. Y eso hace que se necesiten. Mantienen una relación de amistad muy bonita. Hay secuencias donde esto se ve claramente, que uno protege al otro y viceversa. Esto me atrajo mucho del libro. Hemos hecho hincapié en esta relación. Un cambio que hicimos en relación con la novela es que aquí, Manuel y Cristina vivían en lugares distintos, Puerto Real y Cádiz. Nosotros hemos hecho que vivan en el mismo edificio porque así nos daba la posibilidad de que se cruzaran más veces. Dos vecinos se pueden ver todos los días. En cambio si vivían muy lejos nos veíamos muy forzados para contar su historia con imágenes. Esta relación la hemos hecho en la película un poco más intensa, más emotiva y cercana. Que se pudieran ver y se contaran sus cosas.
Cine policiaco pero sin obviar la carga social y de denuncia, ¿verdad?
Claro. El Sistema no funciona. Hace agua. Esto fue algo que siempre tuvimos en la cabeza a la hora de adaptar el guión. Se trabaja para erradicar la violencia machista, por supuesto. Pero hay algo que se nos escapa, porque sigue pasando todos los días. Es un problema del Sistema. Es un problema estructural. Todos los días recibimos noticias sobre violencia machista, sobre la corrupción… Algo hay que hacer. No tengo la solución, ni pretendo solucionar estos problemas con la peli. Pero sí quiero poner mi granito de arena y denunciar lo que está pasando. Y pedir que hay que mejorar la manera de afrontar todo esto.
El casting destaca en la película, con dos actores protagonistas como Fred Tatien y Natalia de Molina. ¿Cómo ha sido el trabajo con el reparto?
Con Fred y con Natalia ha sido estupendo. Son dos grandísimos actores. Con Natalia ya trabajé en Techo y comida. Sabía que iba a estar a la altura. Pero en esta ocasión se ha superado. Me ha vuelto a sorprender. Y Fred ha sido un descubrimiento en el proceso del casting. Yo buscaba un protagonista con fuerza bruta, como tiene él, un tipo de dos metros de altura… Pero quería que fuese un hombre con sensibilidad. Y él se rompe ante la cámara llorando. Quería evitar el cliché del tipo duro, el clásico del género. Quería añadirle esto. Que fuese un hombre con sensibilidad. Que tiene problemas y llora. Que llevara esto con naturalidad. Y el tándem que forma con Natalia funciona muy bien. Con ellos estoy encantado. Y con el resto del elenco de actores también estoy muy satisfecho. Ana y Patricia, las chicas de casting, han hecho un gran trabajo. Me siento muy afortunado de haber podido contar con este elenco.
Fotografía de portada de Patricia del Zapatero.