'José Manuel Gómez Vidal: «El documental ‘Murillo, el último viaje’ es mi tributo a Sevilla»'

Reconoce que lo vivido la noche del pasado lunes 6 es como un sueño del que le está costando despertar. Pero la realidad es que en su Sevilla natal y en el teatro más emblemático de ella, el Lope de Vega, fue presentado oficialmente su documental Murillo, el último viaje. Y es que el público que acudió a la cita premió su excelente trabajo con una ovación que no olvidará jamás. En los anales del Festival de Cine Europeo de Sevilla ha inscrito su nombre. Ahora le espera Huelva y su Festival Iberoamericano.

josé manuel gómez vidal
Fotografía de Patricia del Zapatero

Murillo, el último viaje fue estrenado el pasado 6 en el teatro Lope de Vega de Sevilla, ¿podría hacer una semblanza de su documental para aquellos que aún no lo han visto?

Pues ya lo dije en la presentación, nuestro leit motiv es acercar más al público en general a la figura de Murillo, desde un punto de vista, primero formal, y a través de un enganche emocional, con el cuadro de El joven mendigo. Se ha hecho un trabajo para todos los públicos, sin buscar un lado académico, aunque sí  desde el rigor, gracias a la labor de los profesionales que hemos tenido en el documental. Sólo hemos pretendido hacer algo didáctico que acercase la figura de Murillo más allá de lo que nos han vendido siempre, a lo que ha quedado reducido a veces, a la beatería, a las pinturas de la Inmaculada, a las estampitas de Primera Comunión… Hemos querido descubrir a un personaje mucho más moderno, más complejo, con una desarrollada conciencia social sobre la Sevilla de su época. Él pintó la realidad social de entonces. Eso es para mí un punto de modernidad importante respecto a sus coetáneos.

Además del referido preestreno en el Festival de Cine de Sevilla, el documental se proyectará en el cine Cervantes durante el presente mes de noviembre.

El Festival de Cine tiene algo muy importante para mí, que es el acercamiento que hace del cine hacia los jóvenes. Y en este sentido, aparte de la gala formal en la que se estrenó, por la mañana hubo dos pases en un cine de Sevilla Este, donde fueron sólo institutos. En ambos pases, el lunes y el miércoles, hubo lleno. Y en Nervión, ya dentro del Festival, hubo otro pase, donde también se llenó la sala. Vamos a ir al Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, donde competiremos en Talento Andaluz, el día 14, y el 17, 18 y 19, como dices, proyectaremos en el Cervantes, en Sevilla. Y según me informan, con el ritmo que llevamos de peticiones, parece que llenaremos el 17.

¿Cuál es la génesis del documental Murillo, el último viaje? ¿cómo se fraguó este proyecto?

Yo llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de escribir un guión. Trabajo en Cultura, y nunca he estado desvinculado del arte. Ése es un terreno en el que me siento cómodo. Se acercaba el centenario de Murillo y me pareció interesante hacer algo sobre él. Se han hecho cosas audiovisuales sobre él, pero cinematográficamente hablando no había nada. En este sentido, tenía un leit motiv, que era la Inmaculada de Soult, que volvió a su lugar de origen, de donde fue arrancado, justo 200 años después. Mi primera intención en el documental era explicar Murillo a través del cuadro ese. El Prado no estuvo interesado en el tema, y tuve que cambiar varias veces el guión. Cuando le propuse la idea a Bernabé (Rico), es verdad que tenía en mente el centenario. Estábamos a unos tres años del mismo cuando le hablé de ello en Sao Paulo. Así, mis inquietudes sobre Murillo y la posibilidad de tener el documental para el centenario hicieron que me embarcara en el proyecto. Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia él (Bernabé Rico), porque desde el primer minuto mostró interés y me dijo que tirara adelante.

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Fotografía de Patricia del Zapatero

Es fundamental encontrar a alguien que apueste por un proyecto como este, ¿no?

Sí. Levantar un proyecto de este tipo es muy complicado. Parece que es fácil, pero realmente es muy difícil. Canal Sur apostó por nosotros pero no es fácil sacar adelante un documental.

En la presentación en el Lope de Vega, durante tu alocución se te vio muy seguro pero emocionado. ¡Cuánto orgullo debe de ser para un sevillano vivir una noche como aquella en un escenario con tanta historia! ,  ¿verdad?

Vivo en Madrid, pero soy de Sevilla. Al día siguiente, me volví a Madrid, y en el AVE apagué el móvil simplemente para cerrar los ojos y soñar. Es lo más emocionante que me ha pasado. No soy director de cine. Esta ha sido mi primera incursión. A mis amigos madrileños les he dicho que no se pueden imaginar el subidón tan descomunal que puede ser estar en el teatro con más empaque de la ciudad para presentar mi documental. Ni en mis mejores sueños me podía imaginar algo así. Mi sueño era presentarlo en un festival de arte, en una televisión…, pero en el Lope de Vega, lleno, y en el Festival de Cine de Sevilla… Mis sueños están copados. Ahora tengo el Iberoamericano de Huelva, que me ilusiona mucho. Los que pasamos de los 40 años, tengo 43, sabemos que en los 80 era un festival top. Es de los más antiguos de España, el decano de Andalucía. Y me ilusiona mucho ir a Huelva.

¿Aquellos aplausos que recibiste en el Lope de Vega suavizan los momentos de dificultad vividos?

Bueno, que el teatro estuviera lleno y con el público aplaudiendo es algo que jamás olvidaré. Es lo más emocionante que he vivido. Porque el rodaje fue duro, bastante duro. Y aquellos aplausos… Me pellizco y creo que sigo en un sueño. Veo los vídeos del Festival y me veo ahí, y me creo que soy otra persona (risas).

¿El hecho de que Murillo fuera sevillano ayudó a que empatizaras más con el personaje?

Murillo es un personaje cercano para mí. Una de las cosas que quería demostrar en el documental al tocar Las Tres Mil Viviendas, con sus murales, es que en el imaginario colectivo de la ciudad, y aunque no lo sepamos, Murillo sigue vigente. Al ser sevillano, la complicidad existe. He mamado Murillo, y Velázquez, y Valdés Leal, y ahora Carmen Laffón, como todos los sevillanos. ¿Qué haya habido más complicidad con él por eso en el documental? Puede que sí, puede que sí… aunque la verdad es que no lo había pensado.

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Fotografía de Patricia del Zapatero

Me parece muy bueno que se vaya a conmemorar el 400 aniversario del nacimiento de Murillo. Pero siempre he sentido que Sevilla no ha sabido cuidar a sus personajes ilustres. ¿Tienes la misma impresión que yo?

Sin duda alguna. Cuando vas a Praga, a Barcelona… te das cuenta de esto. Madrid ha sabido apropiarse de Velázquez mejor que Sevilla. Era sevillano y donde se realizó su aprendizaje fue en Sevilla, en la escuela de Pacheco, pero ha sido Madrid la que mejor lo ha hecho en este sentido. Pero no ocurre sólo con los pintores, también con poetas como Cernuda. Creo que es el gran desconocido de la Generación del 27. Es el tapado, cuando fue el que más profundidad tenía de todos. Y no hay nada sobre él. Y con Bécquer, otro grande, tampoco hay nada. Y en cuanto a Murillo, pienso que el sevillano sigue sin conocerle en profundidad. Nos hemos quedado en lo superficial.  Y hay que acercar a Murillo a todo el mundo. El retrato de Justino de Neves o el autorretrato de la National Gallery me parecen geniales, o el San Pedro penitente, de Fundación Focus. Estas celebraciones serán la última oportunidad para conocer a Murillo de verdad.  Después, creo, que volverá a ser olvidado.

El documental, además de resaltar la figura de Murillo, también ofrece bellas imágenes de lugares destacados de Sevilla, e incluso de otros menos conocidos, como la iglesia de Santa María la blanca, que aparece espectacular.

La pena es que no hayamos podido meter todo lo rodado. He querido hacer un homenaje a Murillo y a mi tierra, Sevilla, que sea algo sencillo, accesible para todo el mundo. Hemos rodado en muchos sitios, y entre entrevistas y exteriores han sido más de 60 horas. En Sevilla hemos pillado lo que hemos podido. Yo hubiera querido mucho más (risas). Tenemos imágenes espectaculares que hemos guardado por si las podemos aprovechar alguna vez. En Santa María la Blanca pedimos permiso para grabar cuando ya no hubiera feligreses, para explicar mejor lo del expolio. Y solos en la iglesia grabamos con la nueva iluminación y fue espectacular.  Me interesaba la idea del vacío. Tenemos imágenes muy bonitas de la Judería, del Salvador… Y de Madrid también tenemos cosas muy buenas, y de París. Hemos estado en ciudades estupendas. Pero no hemos podido sacarlo todo, una pena.

¿Ha sido muy complicado reunir a tantos expertos como han intervenido en el documental?

A ver, esto es como todo. Con unos ha sido fácil y con otros más complicado. Pero al final, todos dijeron que sí. Aunque por falta de espacio sólo ha salido un 5% de las entrevistas. Acercarte a estas figuras es más complejo de lo que parece. Por ejemplo, don Enrique Valdivieso ya está jubilado, pero sigue teniendo una agenda brutal. Benito Navarrete fue accesible. Vive en Madrid, cerca de mí, y nos tomamos mil cafés hasta que le dimos forma a lo que yo quería. Estuve en su casa, con mi guión, le expliqué lo que quería… y fue todo muy fácil. Pero hubo gente con quien, aun dando facilidades, pero  al estar activa, fue más complicado, como Javier Portús, conservador del Museo del Prado, que está constantemente de viaje, o Gabriele Finaldi, que es ni más ni menos que el director de la National Gallery (carcajadas). Pillar a ese hombre es muy muy difícil por su agenda. Y al final pudimos coincidir con él en Sevilla. Y se puso a mi disposición. He de decir que ellos no me conocían y se ponían delante de mí sin saber quién era, sólo tenían referencias. Hemos tenido un elenco de expertos muy importante.

Fotografía de Patricia del Zapatero

Hemos hablado del documental Murillo, su último viaje, pero no de su autor. ¿Cómo te puedes presentar?

Soy un andaluz de Sevilla, enamorado del arte, que lleva muchos años fuera de Sevilla. No porque quiera (risas), sino porque en Sevilla no había trabajo. He tenido la suerte de trabajar siempre en Cultura. Ahora estoy en Acción Cultural Española. Antes estuve en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en una Embajada, en Colombia… En cierto modo, al estar fuera de Sevilla, este documental me supone devolverle a la ciudad lo que ella me ha dado. No lo había pensado nunca, pero el otro día, un amigo me dijo: «has hecho por Sevilla mucho más de lo que han hecho otros que presumen de ello». Mi intención no era esa, pero me siento en deuda con la ciudad, aunque me tuve que ir de ella. Pero de alguna manera tenía que devolverle a Sevilla y a Andalucía todo lo que me habían dado. Es un tributo a mi ciudad. Cuando empecé a escribir el guión fue por amor al arte. Sabía que un documental sobre Murillo no da dinero, pero quería hacerlo.

Pero has dejado un buen legado a la ciudad…

(Silencio)… bueno, eso es algo que deben decir los demás. Mi única razón es aportar mi grano de arena para que la gente conozca un poco más a este impresionante pintor. Sólo quiero que la gente me diga que ha disfrutado y que se ha emocionado con el final, porque es muy emocionante. Chapeau al Museo del Louvre porque nos ha dado muchas facilidades para grabar allí, que no en todos los sitios ha sido así. Hay pocos museos que den tantas facilidades.

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