El productor sevillano Bernabé Rico se estrena en el largometraje de ficción con El inconveniente, adaptación de la obra de Juan Carlos Rubio, 100m2. Su debut tras las cámaras fue estrenado en la pasada edición del Festival de Cine de Sevilla, donde recibió numerosos elogios. El inconveniente supone una revolución personal para todo aquel que la ve, gracias a una historia con temas muy cercanos, y a unos personajes divertidos y honestos como son Lola y Sara, interpretados por las maravillosas Kiti Mánver y Juana Acosta, respectivamente. Este viernes, 18 de diciembre, será estrenada en los cines españoles, una gran oportunidad para dejarnos contagiar de buena energía.

El Inconveniente es la adaptación cinematográfica de la obra de Juan Carlos Rubio, 100m2, de gran éxito en teatro, ¿por qué has elegido esta historia para tu ópera prima?
Me parece una historia muy universal, con muchas capas y posibilidades. Siendo una historia “pequeña”, muy íntima, de personajes, que para una primera película siempre es más manejable. Te habla de temas muy generales, con los que cualquier persona se puede sentir identificada. Habla de la amistad, de las ocasiones perdidas, de la vejez, de cuando llegamos a este estado en el que parece que uno ha perdido la esperanza por todo. También habla del sentimiento de querer comernos la vida de una forma insana cuando intentamos vivir en momentos que no son el presente, vivimos en el pasado o en el futuro, algo muy humano. Decidí lanzarme y lo que no sabía es que tardaría ocho años en levantar la película.
Encontramos una pareja protagonista que tiene muy asimilado su futuro. Lola por su parte espera su final, mientras que Sara se ha acomodado en la dinámica de su vida. Pero juntas se dan cuenta que todavía hay cosas por las que luchar.
Son dos personas que encajan en un momento determinado de sus vidas, y se dan cuenta que se complementan y se necesitan. Al principio ninguna lo acepta, ni lo están buscando, pero sí se deja afectar la una por la otra. En un momento de la historia tienen la sabiduría de bajar sus defensas y decir “¡vamos a vivir esto!”. Se lanzan a esta aventura, en el que el personaje de Carlos Areces les va encaminando. No me gusta hablar de mensajes en las películas que hago, porque quiero que sea la persona que la vea la que determine si se quiere llevar su propio mensaje o no. Lo principal es que se diviertan, y que a partir de ahí, si se lleva un pedacito para pensar en casa, genial. Lo que sí estoy viendo con esta película es que la gente se está yendo a casa con un ánimo cambiado, y eso es muy bonito. Me gusta ver cómo la gente después de ver la película sale con la sensación de que todo va a ir bien, y si todavía no ha salido bien, es porque no es el final, como decía John Lennon.
La película mantiene una esencia teatral, con unos diálogos muy dinámicos… ¿Cómo ha sido el trabajo con Kiti Mánver y Juana Acosta?
Ha sido muy fácil, una delicia. A Kiti la conocía desde hace muchos años, he trabajado mucho con ella en todos los ámbitos, como actor, como productor… Y faltaba como director. Ha sido ella muy generosa al ponerse a mi servicio, de la historia, y de mi visión de esta. A Juana no la conocía, pero antes de la película coincidimos con una obra de teatro, que al final no salió, y luego le ofrecí la película. No solo están hechas la una para la otra, sino cada una para el personaje. Son de esto que dices “Kiti es Lola y Juana es Sara”. Eso es tan bonito… Cuando empiezas una película con eso es como llevar varias vueltas de ventaja.
La película trata temas muy serios como la muerte o la enfermedad, pero con un toque de humor, algo muy de nuestro carácter, de como somos, ¿siempre hay momento para el humor?
El drama no se puede concebir sin el humor, porque la vida no es así. Si la vida fuera de una intensidad trágica de principio a fin, no se podría sostener. De todas formas, no creo que la película trate esos temas de una manera cómica, sino que el sustrato que está debajo es de comedia. Para mí la película es una dramedia, una mezcla de drama y comedia en el que el tono es la comedia. Pero mi intención era que los momentos en los que había drama fuesen de verdad, auténticos. Lo que pasa es que enseguida llega un contrapunto de comedia, como la vida misma, que te saca y te produce una sonrisa o una carcajada.

La historia se resume muy bien en la frase de John Lennon a la que hace referencia el personaje de Sara: “la vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes”, ¿crees que a día de hoy, con todo lo que está pasando, seguimos sin pensar en lo importante?
La verdad es que sí. Está siendo como una especie de metapelícula con todo lo que está pasando. Creo que ahora tiene un significado especial. La tendencia natural del ser humano es ir continuamente pensando en el futuro, y viendo el presente con todas las características de lo vivido en el pasado, y eso hace que ahora cuando ves la película dices: “vamos a vivir el día a día, y mañana ya veremos”. Pensábamos que en tres meses tendríamos la vacuna o que estas navidades estaríamos todos vacunados, y hace poco aceptamos la realidad de que no. La vida es así, lo que pasa es que en estos momentos los picos de cambios son mucho más intensos.
El personaje de Juana Acosta tenía el problema del divorcio, pero este se queda en una minucia cuando conoce su “problema”. Habiendo hecho una película como esta y en un momento como este, ¿cómo te enfrentas a las situaciones imprevistas que terminan convirtiendo en minucias problemas que creíamos enormes? ¿Igual que tus personajes?
Es tan tan ancestral ese dilema humano. También hay otro dicho que dice que uno no sabe que tiene el paraíso hasta que lo pierde. Personalmente, como ser humano, es algo que me ha pasado, me pasa y me seguirá pasando, por mucho que se intenten relativizar las cosas, hay una tendencia natural, cada uno la tiene en cierta medida. Yo intento trabajarlo con el yoga, y algo me ayuda, contrarresta toda esa ansiedad que da no ver el bosque en su conjunto, sino viendo el arbolito que tienes justo enfrente, y que no te deja tomar distancia. Es un árbol que te impide el paso, pero enseguida verás que puede haber más caminos.
El rodaje se ha llevado a cabo en Sevilla, ¿por qué la sitúas en esta ciudad?
Dicen que en tu primera película tienes que ponértelo todo muy fácil. Soy sevillano, y conozco muy bien Sevilla, no solo geográficamente, sino también su idiosincrasia. Quería además contar esta historia en una Sevilla que no había sido mostrada antes. Que se alejara del prototipo turístico o de la Sevilla marginal, que ya se han contado en otras películas. Esta es más moderna, se muestra la Torre Pelli… Quería que la historia estuviera integrada en la ciudad, pero de una manera muy natural. Y la verdad es que estoy encantado.
Fotografía de portada de Julio Vergne.