'Uno para todos, aprendiendo a vivir'

Las películas y series sobre las relaciones entre alumnos y profesores no son nuevas. Para los anales del cine quedaron las interpretaciones de Sidney Poitier en Rebelión en las aulas (To Sir, with Love), de 1968, dirigida por James Clavell, o de Robin Williams en El club de los poetas muertos (Dead Poets Society), de 1989, de Peter Weir. En el pasado 2020, el navarro David Ilundain presentó Uno para todos, su segundo largometraje, tras B, la película (2015). Esta obra apenas tiene algo en común con las cintas míticas que hemos mencionado, salvo que su trama se desarrolla en un centro educativo y se produce una intensa interacción entre un profesor, el interino Aleix (David Verdaguer), y los alumnos de una clase de Primaria en un colegio aragonés, de la que es nombrado tutor.

En su primer día de clase es informado de la baja por una grave enfermedad de un alumno. Su objetivo es recuperarlo y lograr que a pesar de su convalecencia regrese a las clases y se integre en el grupo. Ahí comenzará el gran reto de Aleix, quien desde el diálogo, la tolerancia, el respeto y el espíritu fraternal entre los estudiantes ha de reconducir una situación, aparentemente, normal y modélica.

Uno para todos, aprendiendo a vivir

Este filme está basado en una historia real, y David Ilundain la presentó en la jornada inaugural del Festival Internacional de Cine de Barcelona-Sant Jordi (BCN FILM FEST), siendo estrenada en cines el 18 de septiembre de 2020. 

El guion está coescrito por Coral Cruz y Valentina Viso, y en el reparto podemos reencontrarnos con Clara Segura, Patricia López Arnaiz, Ana Labordeta, Betsy Túrnez, Jorge Pobes o Valèria Endrino.

En Uno para todos, David Ilundain no necesita irse a un colegio de un barrio marginal con niños pertenecientes a familias desestructuradas, porque el tema central de la historia, lamentablemente, sucede a menudo en cualquier otro centro educativo: el acoso escolar. Y desde este punto, enraizado en la enfermedad de un alumno, asistimos al plausible trabajo de un profesor que cubre de manera interina la baja por maternidad de una colega. Podría pensar Aleix que para «dos» días que va a estar en el colegio no le merece la pena complicarse. Pero lejos de ello asume su condición, no solo de tutor, sino de educador, y viaja hacia lo más profundo de la realidad del grupo al que le ha tocado instruir.

Uno para todos, aprendiendo a vivir

En Uno para todos, el protagonista bucea en el alma de sus alumnos, y mediante el diálogo intenta arrancar esas malas hierbas que tapizan su aula. Rehuye de la compasión desmedida hacia el enfermo tanto como del rencor y el ansia de venganza del resto de compañeros. Pone a la educación de la persona, del futuro ciudadano adulto que ha de enfrentarse a la sociedad, por encima de la formación, aunque ambas no sean incompatibles. Pero manteniendo la mirada en los ojos de sus pupilos, y desde la coherencia y el buen ejemplo, imparte todo un magisterio de vida.

Uno para todos es una película real, directa, altamente instructiva, que deberían ver los jóvenes de hoy… y hasta los padres y los profesores. Ahí, quizás, radique el éxito de esta notable obra cinematográfica de David Ilundain, candidata a los próximos Goya a la categoría de Mejor actor protagonista (David Verdaguer), en el tono comedido y sincero que desprende.

La música ha corrido a cargo de la siempre necesaria Zeltia Montes; la fotografía, de Bet Rourich; y la producción, de A Contracorriente Films, Amalur Films, Bolo Audiovisual, Fasten Films, Inicia Films, Movistar+, Televisión Española (TVE), TV3 y Aragón TV.

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