«No es una película sobre la Guerra, sino sobre España», ha declarado Alejandro Amenábar sobre su último trabajo, Mientras dure la guerra, en un encuentro con espectadores celebrado recientemente en Sevilla. Se podría añadir, ahondando más en el tema, que es una película sobre el ser humano y su furibundo afán por imponer sus ideas por encima de las de los demás.
Mientras dure la guerra arranca en la plaza Mayor de Salamanca en el mismo momento en que las tropas sublevadas proclaman un alzamiento en julio de 1936. En aquel caos descontrolado emerge la figura del escritor y filósofo Miguel de Unamuno, quien acababa de ser destituido de su cargo de rector de la Universidad de Salamanca. Apoya al nuevo cambio generado en el país con la esperanza de que la situación sociopolítica pudiera ir a mejor. Con un reparto coral con personajes que van desde Franco hasta Mola, pasando por el histriónico Millán Astray, Alejandro Amenábar nos lleva a la crisis, una nueva crisis, que desembocará en la Guerra Civil y en las funestas consecuencias que ésta provocará.
“Me duele España”
Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) fue un intelectual de mucho peso en la sociedad española. Vivió la Guerra Carlista y sufrió los acontecimientos que se relatan en Mientras dure la guerra. Siempre mostró su disconformidad con los distintos regímenes políticos en los que le tocó vivir y no dudó en oponerse férreamente a la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Por ello fue desterrado (1924 a 1930) y residió en Fuerteventura y Francia. Regresó a España con la II República. Ante el alzamiento de 1936 adoptó una postura inicial de aceptación, pero esta fue cambiando conforme comprobaba que aquella realidad tampoco era la que él deseaba ni creía positiva para su país. Su vehemencia a la hora de expresar su desacuerdo le supuso una nueva destitución como rector de la Universidad de Salamanca y su confinamiento domiciliario. El 31 de diciembre de 1936, cansado, quizás, de tanto dolor por su país, falleció.
“Me duele España. Soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo”, llegó a decir Miguel de Unamuno, quien desde su existencialismo se preocupó y ocupó del sentido de la vida humana, de sus problemas e inquietudes.
“Unamuno aguantó la situación al máximo, y en ese momento final, saltó; seguramente, en su lugar, yo no hubiera sido capaz de hacerlo”, comenta el director en relación con la figura del escritor y su actitud ante los acontecimientos.
“Solo por eso -explica Amenábar– ya me empezó a interesar la historia, pero cuando comencé a rascar, dentro de mi ignorancia, porque aunque me consideraba un buen estudiante, desconocía qué había ocurrido. Siempre pensé que Franco había dado el Golpe. Por eso, en esta historia me interesó toda la parte de Unamuno, pero también la de los militares”.
“Si tan terribles somos los unos ¿por qué huye usted de los otros?”
En el contexto de esta frase que le dice su amigo, compañero de tertulias y ex alumno, Salvador Vila, se mueve el sentimiento vital y humano de Miguel de Unamuno, y sobre esta base, Alejandro Amenábar construye esta estupenda película, Mientras dure la guerra, que en realidad no va, como ya adelantó él mismo, sobre la Guerra Civil, ni habla de buenos ni malos, sino de personas. Personas que forman parte de un país que se desangra ante la mirada inquieta del escritor. Ahí, en el espejo de Miguel de Unamuno se refleja la imagen de su España. Si con Valle-Inclán, esa imagen había sido un esperpento, con el filósofo bilbaíno se convierte en un cadáver andante que camina hacia un conflicto bélico que varias décadas después mantiene muchas heridas abiertas. “Vencer no es convencer”, proclama en aquel mítico enfrentamiento con Millán Astray en lo que él llamaba “Templo de la inteligencia”, la Universidad de Salamanca. Ese fue el comienzo del fin para él.
“La grandeza de la Democracia reside en que para que tú existas tiene que haber alguien que piense distinto a ti”, ha comentado Alejandro Amenábar en su intervención con espectadores de Mientras dure la guerra. Y parte, como decimos, del espíritu conciliador de Miguel de Unamuno. Por eso reconoce que “la película es unamuniana”.
Una película actual para la reflexión
“El mensaje de Unamuno sigue resonando hoy en día. Por eso pienso que es una película sobre España”, comenta Alejandro Amenábar sobre Mientras dure la guerra; una película que invita a la reflexión, independientemente del lado en que se esté.
Mientras dure la guerra ha sido proyectada en los festivales de cine de San Sebastián y de Toronto. Y cuenta con un reparto que está a la altura de este filme, con caracterizaciones en muchos casos que alcanzan la perfección. Conviene destacar las interpretaciones de Karra Elejalde en el papel de Miguel de Unamuno, y de Eduard Fernández como Millán Astray. El resto lo forman, entre otros, Patricia López Arnáiz (María de Unamuno Lizárraga), Inma Cuevas (Felisa de Unamuno), Luis Zahera (el pastor protestante Atilano Coco), Carlos Serrano-Clark (Salvador Vila Hernández), Santi Prego (Francisco Franco), Luis Bermejo (Nicolás Franco), Mireia Rey (Carmen Polo), Tito Valverde (Miguel Cabanellas), Luis Callejo (Emilio Mola), Miquel García Borda (General Kindelán), Nathalie Poza (Ana Carrasco, esposa del alcalde Casto Prieto Carrasco), Pep Tosar (cardenal Enrique Plá y Deniel), Luka Peros (Johannes Bernhardt), Ainhoa Santamaría (Enriqueta Carbonell, esposa de Atilano Coco), Itiziar de Aizpuru, Dafnis Balduz, Jorge Andreu o Miquel García-Borda.
Esta película coguionizada por Alejandro Amenábar y Alejandro Hernández que nos traslada al fatídico verano de 1936, ha sido producida por Mod Producciones, Movistar+, Himenóptero y K&S Films y es distribuida por Buena Vista International. La banda sonora ha sido compuesta por el mismo realizador y la fotografía es de Alex Catalán.