'Lo inmensurable del amor por los perros'

El cine de Wes Anderson tiene unas características muy especiales. Ya sea por la paleta de colores, el elenco de actores, la realización, o incluso la banda sonora, que de nuevo corre a cargo de Alexander Desplat.  Fuera como fuere, y tirando de tópicos: ¡Wes Anderson lo ha vuelto a hacer!

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En primer lugar, porque técnicamente es magnífica. Si ya nos encantó en la animación con El fantástico Mr Fox, con Isla de perros le ha dado una vuelta de tuerca a este tipo de cine. Wes Anderson tiene un “nosequé” tan especial. Tiene una óptica para ver la vida que no muchos humanos tenemos el placer de tener. Vive la naturaleza y la realidad diaria de los seres vivos de una manera completamente íntima y propia. Esa es su identidad.

Para ponernos en situación, Isla de perros trata la historia de lo que ocurre en una ciudad japonesa cuando el alcalde decreta que, con motivo de una epidemia de gripe canina, todos los perros deben quedar confinados en una isla. Parece algo totalmente inverosímil, pero por desgracia no, y Anderson lo sabe. Desde una perspectiva por momentos satírica, el director norteamericano intenta hacernos ver la verdadera epidemia de nuestro mundo ahora mismo: no sabemos tratar a los animales. Cuando más nos necesitan, les dejamos a su merced. Los abandonos de animales, en este caso de perros (pero hoy en día es casi indiferente el animal, por desgracia) son masivos.  Un niño de 12 años emprende una aventura para llegar hasta la isla y rescatar a su mascota. Ojalá todos tuviéramos la mentalidad tan salvadora de Atari. Cuánto nos necesitan los animales y cuánto les necesitamos nosotros.

Lo inmensurable del amor por los perros

Dejando de lado el potente mensaje de la película (que lo dejo a la interpretación del que la vea), en el lado técnico también tiene el sobresaliente. El tándem Coppola y Anderson sigue haciendo de las suyas, y la presencia de Tristan Oliver a los mandos de la animación no se queda atrás. Lo que probablemente le dé más vitalidad al film sea su duración. Exactamente, son 81 minutos que pasan volando, estás tan enganchado a los perros hablando con las impecables voces de sus dobladores (tanto en la versión original como en la doblada, ojo) que se te pasa la trama rápidamente. Esto también es gracias al guión y a la forma en la que está narrada la historia, que vendría siendo una versión modernizada de una obra de teatro.

Lo inmensurable del amor por los perros isla de perros wes anderson

Creo que podría escribir un artículo de 2.000 palabras sobre el excelente film que vi, sobre la cantidad de detalles preciosos que tiene y que me han encantado, desde la profundidad de los personajes hasta las cosas más tontas como los nombres de los mismos, de su mensaje más profundo y de lo necesaria que es, de lo espectaculares que son su técnica, su narración, su realización… pero es algo que tenéis que ver para poder entender. Y lo prometo, merece la pena que lo experimentéis.

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