Una familia integrada por un matrimonio y su pequeño hijo vive, supuestamente, de manera apacible en una modesta cabaña en un páramo. Es ese páramo que da título a la película dirigida por David Casademunt, que este mes ha sido estrenada por Netflix.
El páramo es una historia rural cuyo telón de fondo es la depresión que acompaña al padre (Roberto Álamo), la cual arrastra al resto de la familia y se convierte en el hilo conductor de este thriller psicológico ambientado en el siglo XIX.
Inma Cuesta (Lucía), el mencionado Roberto Álamo (Salvador), el niño Asier Flores como Diego (genial), Alejandra Howard (Juana) y Marià Llop (La Bestia) forman el pequeño reparto de una intensa película, rodeada de un ambiente claustrofóbico, que es verdad que se desarrolla de más a menos, pero que se nos presenta como una buena propuesta cinematográfica del género de terror.
Un ente extraño aterroriza a los personajes de El páramo, en una trama donde es difícil establecer la realidad y la fantasía que generan las mentes perturbadas de aquellos.
El guion, elaborado por el mismo David Casademunt, por Martí Lucas y por Fran Menchón, se apoya muy bien en la exquisita fotografía de Isaac Vila y la música compuesta por Diego Navarro.
En definitiva, El páramo invita a reencontrarse con el terror psicológico con una historia que nos lleva a una España deprimida por la pobreza, en consonancia con unos personajes que nadan entre la realidad y la imaginación.
La película fue presentada en el Festival de Cine de Sitges en octubre de 2021, y ha sido estrenada en Netflix el 6 de enero de este año. Ha sido rodada en la provincia de Teruel y producida por Joaquín Padró, Mar Targarona y Marina Padró.