'‘Adiós’, los daños colaterales de la maldad'

Qué difícil es decir adiós, sobre todo cuando tienes que despedirte para siempre de un ser querido. Si encima esa despedida es brutal e inesperada se hace todo más complejo. Eso es lo que les ocurre a Juan Santos y a su esposa, Triana, en la última obra del director sevillano Paco Cabezas. Un duelo envuelto en dolor, odio y rencor, que lleva a un miembro de uno de los clanes de las 3000 viviendas, en Sevilla, a vivir los días más intensos de su ya de por sí vertiginosa existencia.

Adiós, los daños colaterales de la maldad
Fotografía de Julio Vergne

Adiós narra la historia de Juan, un preso en tercer grado al que conceden un permiso para poder asistir a la comunión de su hija. Pero la realidad en la que vive su barrio le impacta violentamente cuando la niña fallece en la noche de la celebración. Triana, su madre, intenta sobrevivir a esta tragedia que marca su vida. 

Con mucha fuerza ha vuelto de Estados Unidos el director del barrio sevillano de Rochelambert, Paco Cabezas. «Yo me he ido fuera pero necesitaba conectar con mi niño pequeño, el que quería hacer cine. Y volver aquí era mi sueño, y con un guion tan maravilloso como el de Jose Rodríguez, y con un equipo como este, con el que estoy todos los días alucinando. Lo considero como mi familia», llegó a decir durante el rodaje del filme allá por febrero de este año. Un rodaje que comenzó el 18 de ese mes, con ocho semanas de grabación, rodando en varias localizaciones de Sevilla y su provincia, como Huévar o Valencina de la Concepción, o en la antigua cárcel de El Puerto de Santa María, en Cádiz.

Adiós, los daños colaterales de la maldad
Fotografía de Julio Vergne

Una historia con tintes dramáticos

Gatrópolis visitó aquel rodaje de Adiós, una película de Paco Cabezas que fue presentada ayer en el Festival de Cine de Sevilla. La aceptación ha sido muy buena por quienes ya la han podido ver. Se trata de una ficción que combina las esencias del thriller propio del cine hollywoodiense con un toque tan personal del realizador sevillano que nos recuerda al drama de la obra de Federico García Lorca: la desgracia de una familia, la espiral de violencia en la que se ve envuelta, la música con el desgarro y el quejío flamenco (‘Me Quedo Contigo’, tema original de Los Chunguitos, interpretado por Rocío Márquez;  ‘Estrella’, de Enrique Morente; o ‘Un largo viaje’, de Fernando Vacas, cantado por Rosalía). Todo ello suma para hacer de Adiós una magnífica película: la inquietante fotografía de Pau Esteve Birba, la amenazadora y cautivadora música de Zeltia Montes y una excelente interpretación de los actores, con los geniales y convincentes Mario Casas y Natalia de Molina como los padres de la fallecida Estrella (la grata revelación de Paulina Fenoy), Ruth Díaz (sobresaliente en su papel de una enigmática policía), Carlos Bardem (como el recio compañero de esta, Manolo Santacana), el siempre eficaz Vicente Romero, Mona Martínez (la matriarca del clan de los Santos), o Mauricio Morales, Salva Reina, Consuelo Trujillo, Moreno Borja, Pablo Gómez-Pando, Alicia Moruno o Carlos Tirado.

Adiós, película encargada de clausurar el Festival de Cine de Sevilla
Fotografía de Julio Vergne

El guion ha sido coescrito por Jose Rodríguez y Carmen Jiménez; el montaje es de Luis de la Madrid y Miguel A. Trudu; el sonido, de Tamara Arévalo, Carla Bernárdez y David Mantecón; y la producción ha corrido a cargo de Adiós La Película, AIE, La Claqueta PCSony Pictures Entertainment, Movistar+, TVE, ICAA, Junta de Andalucía y Apache Films, SL

En definitiva, Adiós es una excelente obra cinematográfica en la que el amor convive con el odio; la bondad del ser humano con la maldad que no entiende de edades, condición social o lugar de procedencia; el amor desgarrado de madre («ustedes no saben de lo que es capaz una madre», dice en una escena una entregada María, matriarca de los Santos)… y también ese infravalorado a veces sentimiento de paternidad de los hombres, que también hace acto de presencia. Incluso, Adiós deja hueco al humor, obligándonos a esbozar una sonrisa o a soltar una carcajada, en situaciones donde el saber reír de la tierra andaluza se alía con el drama, con los personajes de Vicente Romero y Marcelo Morales, principalmente. Quizás en un guiño inopinado a la figura del universal Luis Cernuda: «el sur es un desierto que llora mientras canta«, en esa genial antítesis entre luz y oscuridad que supo dibujar el poeta.

El estreno en salas se producirá el próximo 22 de este mes. 

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